Concepto
La monografía es el tratamiento científico, sistemático, metódico, de un asunto cualquiera, sea en el ámbito de las letras o de las ciencias. Se basa en una personal y científica investigación: supone firme propósito de aportar algo nuevo, valedero, provechoso.
En este sentido, la elaboración de monografías constituye una de las actividades académicas más importantes, pues el estudiante pone a prueba sus inquietudes y conocimientos básicos de investigación científica ya conocidas. Por otro lado, irá ensayando técnicas y procedimientos que, finalmente le facilitará la redacción de su tesis y otros trabajos de investigación de alto nivel científico.
Según Ramos M. La monografía es el nombre que se da, en la vida universitaria, al primer intento de escribir artículo científico.
En cambio Ortiz T., dice, la monografía es la investigación que particulariza un determinado estudio o asunto.
Mientras Asti Vera A. Manifiesta: Podemos definir la monografía como el tratamiento por escrito de un tema específico, su característica esencial no es la extensión, porque puede tener desde unas pocas páginas hasta la dimensión de un libro. Cabe distinguir, sin embargo, entre el uso escolar de la palabra “monografía” y un empleo científico del trabajo (el tratamiento de un tema bien delimitado) pero la diferencia reside en la calidad de la tarea, es decir, en el nivel de la investigación que dependen de las finalidades respectivas que presidieron su elaboración. Las monografías que sirven para la promoción de los estudiantes universitarios al término de un seminario, por ejemplo, no pueden considerarse verdaderos trabajos de investigación (por falta de capacidad de los estudiantes en esta etapa), salvo raras excepciones como tareas de iniciación en la investigación. Las monografías científicas constituyen un dominio del tema que cumplen los verdaderos investigadores, un ejemplo en este caso son las doctorales.
Estructura de la monografía
Toda monografía, por tratarse de un trabajo científico, debe cumplir con los procedimientos básicos que sigue la investigación en general. Vale decir que, el estudiante abocado en redactar una monografía, deberá establecer, en primer término cuál va a ser su problema de estudio para luego indagar sobre las posibles fuentes de información de las que hará uso. Luego de ello, podrá diseñar un plan provisional de su trabajo, encontrándose recién en condiciones de organizarlo, elegir métodos y técnicas, recopilar información, hasta llegar a la redacción del documento final.
Esquemáticamente, la monografía está compuesta de las siguientes partes:
Título
Dedicatoria
Introducción
Cuerpo de la monografía:
Partes
Capítulos
Subcapítulos
Incisos
Conclusiones
Bibliografía
(Investigación RIPIVE)
IMPRESIONES PERSONALES
Una de las primeras enseñanzas que recibimos en las monografías, es que debemos ser prudentes en cuanto a la emisión de nuestros pensamientos en relación con otras personas con quien vivimos, ya sean familiares, compañeros
de trabajo, etc. o sobre circunstancias de diferente índole de las que nos toque ser protagonistas.
Recuerdo un bello mensaje, cuya disertación gira en torno a una carta recibida en la Gran Logia, acerca de las impresiones de un miembro Rosacruz, quien después de haber estado en un Campos Universitario durante diez años, visitó por primera vez un Centro Cultural Rosacruz de AMORC, y comenta que esperaba encontrar un edificio suntuoso, y personas todas de la mejor calidad humana del mundo. Encontró un lugar limpio sí, pero sin la ostentación arquitectónica esperada, amén del tipo de personas que encontró.
Su primera determinación fue no regresar, sin embargo, el fráter volvió, ya que, según sus comentarios, supo encontrar belleza tras de falseados exteriores; educación tras de un lenguaje pobre; unidad dentro de las diferencias y compasión en el amor impersonal; evolución en lo que al principio le pareció estático. Es decir, aprendió a detectar valores no manifestados a los ojos o al intelecto.
Nos hemos puesto a pensar alguna vez como estudiantes rosacruces ¿por qué emitimos la primera impresión acerca de alguien tan espontáneamente? ¿Será porque no tenemos capacidad para detectar mejores aspectos de la persona, porque nosotros mismos estamos al mismo nivel que aquella a quien nos sentimos con derecho de juzgar? ¿Por qué no podemos ver otros aspectos desde otro punto de vista? ¿Por qué dejamos que la actitud de otra persona nos cause desarmonía? ¿Cómo es que otras personas emiten buenos conceptos de quien, a nuestros ojos, no merece ser halagado?
Realidad y actualidad, son dos conceptos que se aplican también en las relaciones personales, ya que no podemos captar más del nivel personal con que cada uno cuenta. Nos atrevemos a decir que cada juicio que se emite acerca de las personas, puede servirnos de medida del grado de evolución que hemos alcanzado en ese aspecto y sobre el cual debemos poner atención para mejorarnos a nosotros mismos. Cada juicio emitido en forma negativa acerca de otra persona, es algo que debemos trabajar en nosotros mismos.
Las enseñanzas de AMORC tienen como finalidad primordial el despertar en cada estudiante un sentido de autodesarrollo; no dicen que son para hacer que se desarrollen las personas cercanas a nuestro derredor y convertirnos en jueces de ellas. En otro de los párrafos de la carta, el fráter manifestaba que vio que cada estudiante progresaba a su propio paso: algunos en forma rápida, otros lentamente y cada uno dentro de su propia capacidad, algunas veces grandiosa, otras muy pequeña.
Es bueno tener siempre presente que debemos ser tolerantes y comprensivos con las imperfecciones de los demás, sabiendo que nosotros somos menos que perfectos. Que si otros están desempeñando trabajos que asumieron, lo van a realizar de acuerdo a su grado de evolución y de conciencia, no al nuestro personal; podemos seguir y en armonía, dar el tiempo suficiente para que el desarrollo personal se manifieste.
Aplicando nuestras enseñanzas Rosacruces, en la medida en que superamos esas aristas de carácter personal, estaremos contribuyendo a la superación de la humanidad ya que la paz y la armonía deben ser encendidas en el corazón individual de cada ser humano y definidas por una reacción en cadena, de comprensión humana, tolerancia, paciencia y purificación del yo interno de sentimientos de envidia, rivalidad y odio. Si todo Rosacruz aplica esto con toda persona, en su familia, en su trabajo, en el organismo afiliado al que asiste, con todos los fráteres y sorones con quienes convive, realmente estará cumpliendo con su cometido en la tierra.
También nos indican nuestras enseñanzas, que la manifestación en este plano se da por la ley de polaridad, la cual aplicada a las relaciones humanas, se manifiesta en amistad-enemistad, amor-desamor, armonía-desarmonía, etc. Si aplicamos la reflexión por sistema, como indicamos en párrafos arriba, podremos ejercitar la ley del amor que nos permite desarrollar ese bello potencial en nosotros y podemos amar a quienes aman y a quienes no, a los que amamos y a los que no; y algo muy importante, sabiendo que tenemos la libertad de decidir, cada uno somos responsables de situarnos en la polaridad que mejor nos parezca, siempre teniendo presente que, lo que nos acontece en la vida, es solamente resultado de nuestros pensamientos y acciones.
Así, los rosacruces debemos estar alertas con sus formas de pensamiento y ejercitar el ejercicio del silencio, antes de manifestar las primeras impresiones, hasta efectuar un análisis de éstas, para después tomar determinaciones plenas de amor, tolerancia, comprensión y toda esa amplia gama de valores que haciéndolos nuestros, nos permitirán ser los Maestros de nosotros mismos y en consecuencia de nuestra vida.
Patricia Andaluz Carmona, S.R.C.
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